
Imagina un claro en un bosque escocés, 27 personas sentadas en círculo bajo el cielo estrellado.
No traen cámaras ni instrumentos; traen intención: “Vamos a contactar.” Con meditación, sonidos suaves y una expectativa reverente, buscan comunicarse con aquello que no podemos ver.
Varios participantes afirmaron haber visto destellos inusuales, otros sintieron una presencia más allá de la percepción. No era un show, sino una experiencia profunda matizada entre lo colectivo y lo íntimo.
Tal vez no necesitamos tecnología para contactar con lo desconocido… sino una conciencia dispuesta a escuchar.